
Apenas asoma la suavidad de la noche sobre el mar, una tibia luz se divisa allá en el horizonte.
Si por ella fuera lo iría a buscar en el medio de tanta inmensidad, y así la espera ya no sería su castigo.
Y la noche sería eternamente noche. Oscura, brillante, atemorizante.
El mar lanza cantos con cada ola, la brisa intensa calma el sonido de las gaviotas ya cansadas de andar.
Si a él se le hubiese ocurrido tan sólo esperarla sin buscar, la intriga no lo hubiera abrumado y el sol nunca lo hubiera abandonado.
Apenas pueden ver un faro a lo lejos, sobre el mar, a miles de kilómetros de distancia están.
Ellos entre sí y ellos del mar.
El frío busca interponerse en sus pensamientos y alejarla de ese sufrimiento que no la deja abandonar ese angustiante dolor.
No hay nada que la aleje, nada que la haga olvidar.
Lágrimas de frío sobre el mar.
Una y otra vez, una vez más. Cada día y cada noche ella espera que el infinito mar la lleve hasta allá.
Allá donde su amor quedó, allá cerca del cielo, allá donde ella desea estar.
No hay mañanas de paz, no hay tardes de color y el amor simplemente desapareció.
Lágrimas de frío.
Ella las muestra para convencer al mar de que allá es adonde quiere llegar.
No hubo más minutos ni horas ni días sin lágrimas de frío sobre el mar.
Y mientras tanto ella sigue esperando que la lleve a su lugar.
Si por ella fuera lo iría a buscar en el medio de tanta inmensidad, y así la espera ya no sería su castigo.
Y la noche sería eternamente noche. Oscura, brillante, atemorizante.
El mar lanza cantos con cada ola, la brisa intensa calma el sonido de las gaviotas ya cansadas de andar.
Si a él se le hubiese ocurrido tan sólo esperarla sin buscar, la intriga no lo hubiera abrumado y el sol nunca lo hubiera abandonado.
Apenas pueden ver un faro a lo lejos, sobre el mar, a miles de kilómetros de distancia están.
Ellos entre sí y ellos del mar.
El frío busca interponerse en sus pensamientos y alejarla de ese sufrimiento que no la deja abandonar ese angustiante dolor.
No hay nada que la aleje, nada que la haga olvidar.
Lágrimas de frío sobre el mar.
Una y otra vez, una vez más. Cada día y cada noche ella espera que el infinito mar la lleve hasta allá.
Allá donde su amor quedó, allá cerca del cielo, allá donde ella desea estar.
No hay mañanas de paz, no hay tardes de color y el amor simplemente desapareció.
Lágrimas de frío.
Ella las muestra para convencer al mar de que allá es adonde quiere llegar.
No hubo más minutos ni horas ni días sin lágrimas de frío sobre el mar.
Y mientras tanto ella sigue esperando que la lleve a su lugar.
HOLA, MUY LINDOLO QUE ESCRIBES, FELICITACIONES, SILVIA DEL BLOG NIÑOS ESPECIALES AYUDEMOSLOS
ResponderEliminarHola, muchas gracias!!!! Un beso enorme
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