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Mostrando entradas de febrero, 2009

Temprana

Me tiemblan las piernas de una manera constante, como una locomotora a toda velocidad. Una mano se me congeló y la otra está a punto, prendo un cigarrillo y se me cae el encendedor sobre un charco de agua. Una tormenta atacó anoche la ciudad, los relámpagos entraban por la persiana cerrada completamente, los truenos me asustaban tanto que no podía dormir. Me levanté muy temprano hoy, dormí apenas 4 horas tan profundas que me desperté como si estuviera viviendo lo que estaba soñando. El cigarrillo se consumió sin que le diera una sola pitada, me quedé mirando la ventana del piso 7. Pasan 10 minutos, me prendo otro cigarrillo, comienzo a toser, mucho, más fuerte, tanto que me asusté y lo tiré, como si fuera una piedra con la que quisiera romper el vidrio de la ventana del piso 7. Camino de una punta a la otra, rápido para entrar en calor, al menos hasta que mis piernas dejen de temblar y corra la sangre por todo mi cuerpo. Necesito la respuesta ahora, no dentro de algunos minutos, ni hor...

Mi parto

Sentía en el alma la paz y la tranquilidad necesarias para comenzar ese día como siempre había soñado. En realidad no era como en mis sueños porque con el correr de los meses habíamos confirmado con las diferentes ecografías, que este amado bebé estaba muy cómodamente sentado adentro de mi panza, esperando que alguien se acercara hasta a su lugar y lo trajera al mundo, o, simplemente deseando quedarse para siempre allí dentro. Por ese motivo hacía ya un tiempo que sabíamos que nuestro hijo llegaría al mundo por cesárea. Mi marido estaba más nervioso que yo, notaba como sus dedos temblaban minuto a minuto, como su estómago le pedía que por favor no comiese nada porque no lo soportaría, se dejaba caer alguna lágrima de a ratos. Se notaba en su mirada, la felicidad eterna por aquel día tan esperado. A las 17hs fuimos al sanatorio, tal como nos había dicho el obstetra, Mario Sebastiani, los dos llenos de alegría y ansiedad, esperando que se hicieran las 19hs para por fin conocer a este pr...

Sombra

La pesadez de tu sombra refleja en mi sueño la luz del silencio. Un escondite pequeño se ve a lo lejos, acurrucado en lo más profundo de aquel viejo cajón. Las huellas perdidas del secreto olvidado, la línea trazada desde tu mirada, la taza pintada. La hoja, el libro, el cielo, veo, huelo, me congelo. Más allá del cajón puedo ver la rapidez con que las palabras se escapan, los besos hundidos en el agua, las manos heridas de rabia. En mi sueño ya no se refleja nada. Silencio. La pesadez de tu sombra, refleja eso, sólo tu sombra. Diseño by Fede Alfonso

Mi pequeño genio

Bautista se levanta todas las mañanas feliz. Tiene una sonrisa infinita y su energía colma de flores de colores el alma de nuestra casa. Apenas si intenta dar un paso y le tiemblan las piernitas, apenas si dice “mamá” y papá” sin saber lo que dice, o sí. Lo que seguramente sabe es que nos morimos de amor. Casi llegando a su primer añito ya hace más monerías que cualquiera, copia, imita, intenta hacer de mil maneras, las graciosísimas caras que mami y papi le muestran y le repiten con tal de verlo y oirlo reir a carcajadas. Le gusta mirar la luz, sabe dónde está y sabe cómo prenderla, sabe que si la toca se quema pero insiste en quemarse, evidentemente así se aprende. Igual no lo dejo por supuesto. Su cuarto es un mar, el soñado mar para todos, lleno de peces y cangrejos coloridos que no hacen ruido, con ballenas de las buenas que se divierten viéndolo crecer. Los delfines lo cuidan por las noches y Bautista sueña maravillas del mundo del mar. Se enamora de las palomas, sus ojitos se in...

No quiero más

No quiero verte ni mirarte, No quiero cruzarte, ni rozarte, no quiero que me mires, ni me veas, ni me observes, ni me espíes. No quiero saber que estás, ni dónde, ni cuándo, ni saber si llegás, ni oír tu voz, ni tus pasos detrás. No quiero más, ni saber que existís en mi mundo, ni escuchar tu nombre, ni leerlo o recordarlo, no quiero más de vos. No quiero tu presencia cerca de mí, ni tu alma rondando, no quiero tu perfume en mi aire, ni tu silencio abrumándome. No quiero que estés más acá, tan escondido adentro mío que no quiero encontrarte para que no te puedas ir ni dejarte partir.

Renovar

Renovar Te sacás el corazón, lo ponés en el piso. Apretás los dos pies sobre él, saltando muchas veces. Lo levantás y lo volvés a usar. Esto es para renovarlo de momentos tristes, de lágrimas perdidas, de tiempos pasados. Es para tenerlo nuevamente sano, no sé si se puede. Es cuestión de probarlo. Diseño by Fede Alfonso