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Mostrando entradas de mayo, 2009

Imagen común

Anula las ventanas de la ilusión, que cada día desespera entre la flaqueza de la sociedad. Insiste en permanecer entre nuestras miradas que sin dejar de sorprenderse, no hacen nada. Nada que pueda salvarla de lo común. No existe manera de rescatarla. Cada día avanza la demolición, invadiendo las almas de todos los cuerpos que deambulan por las calles de la ciudad. Cuerpos fríos, cálidos, amargados, destruidos y momificados, ante la imagen común. Me miró con esos ojos tristes que se cerraban de sueño, tan pequeñito y vulnerable ante la vida. Intentaba dormir pero el movimiento y las personas que lo rodeaban se lo impedían, parecía caerse constantemente. Ella lo cargaba como una mochila que cuelga pesada, cansada, sin ganas de nada, enojada y resentida. Las noches son heladas, la gente dispara palabras, llantos y risas, mientras que esa imagen sigue siendo la más común. Es la misma siempre. Todos nos angustiamos, pensamos en ayudarla, en la cantidad de cosas que haríamos si pudiéramos....

El príncipe encantado (Cuento)

Había una vez un castillo gigante, muy gigante que lleno de colores en su interior, aguardaba la llegada de un príncipe encantado. Mientras nadie tocaba a su puerta, el castillo se preparaba cada día para ese gran momento, adornaba sus habitaciones con mucha imaginación y muchísimo color. Tenía 1500 habitaciones y 458 baños. 15 patios de ilusiones y 10 jardines de mariposas. Tambien había 5 piletas que se escondían entre los miles de árboles y puentes colgantes. El puente mayor tenía lucecitas de galletitas y flores de caramelos, y cada mañana se llenaba de preciosos pajaritos que revoloteaban y cantaban sin parar a su alrededor. Los perros se vestían de traje y galera plateados todos los días y se sentaban en la enorme puerta, de hierro de dulce de leche, a esperar, mientras leían cuentos fantásticos y comían tortas de chocolate. Las hadas del castillo trabajaban en todo momento, perfumando las alfombras, preparando dulces y chupetines para la llegada del príncipe. Así pasaban los día...